La fé del escritor.

La suerte del escritor dictara su propio epitafio.

Aquella fuerza imparable

que choca con la masa inamovible

de los sórdidos,

de los solitarios

de los escépticos.

No lo sabes,

jamas puedes saberlo,

si tus palabras hallan refugio ,

solo ocurre,

en constantes

como un amanecer,

como envejecer,

así pues queda bendecirlo.

Solo te vuelves creyente

que harás eco,

que alguien alzara la mano,

hablara de ti con ahincó

o te veras crucificado, en vano

y te tomara por demente.

Te daré un consejo, Solo uno.

A veces, es mejor dejar de frecuentar personas,
rechazar oportunidades
y alejarse de todos esos dramas.

Buscar una pareja
que roce lo extravagante,
que sea alucinante,
de preferencia alguien,
tan dañada emocionalmente
como ya lo eres
porque ahí, entonces,
en la mutua incomprensión
reside la simplicidad de lo compleja.





A veces, tienes que remover la armadura,
los viejos sueños (renovarlos) y
las aspiraciones (que son de otros)
y  lo que se espera de ti,
y afrontar tu realidad
y solo vivir tu vida.

"No soy cínico,
 únicamente he adquirido experiencia que,
sin embargo, viene a ser lo mismo."

A veces es mejor.

Permitir que el mundo gire,
que la amante sea la cama
y no salir de la alcoba
viendo las manecillas,

Vive y deja vivir.

dejar que el mundo arda,
se consuma.

A veces, es oportuno que el pasado
nos embista ,con dicha,
antiguas glorias
y ponga sobre la mesa
la patética monotonía
o el angustiante por venir,
de una sobre-existencia.

A veces,  es mejor decir Sí;
a la anarquía,
al pesimismo,
a tocar fondo,
a la traición y al perdón,
al amor propio u ajeno.

A veces, pocas veces, es mejor no decir nada y dejarlo todo.