Musa grata que se vale de mis mas entrañables anhelos,
cesa mi ahínco que el aire se vuelve denso y pausa latidos,
no pido mucho, musa adorada, ruego por una sonrisa mas no posesión
porque eres demasiado irreal para condensarte en emisaria de mis mares,
¡concédeme una sonrisa musa! que poco falta al borde,
una sonrisa sincera entre esos cristales que traslucen los mas bellos ojos.
Concédeme una pieza, mujer. |