La penosa tarea de arrebatar inocencias
y retornar madurez, es a mi opinión,
una de las labores más humanas
que puede haber, no es nada sencillo
desintegrar realidades en lineamientos
y moralidad embrutecida.
Oda a los primerizos
que retundan en caminos inexplorados,
en ambientes hostiles.
¡Bravo! A los valientes merodeadores
de intereses inexplicables,
puesto que ellos heredaran la tierra y
a todos los que la habitan.
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