Nadie nota un libro, todos pasan de él.
Me duele.
Ese objeto un día vivo se ignora sin importar, se toma por axioma que este rectángulo no vale mas que un par de segundos de contemplación: Se equivocan y se hacen errantes, un libro es tan sagrado, tan puro y existente como yo o TU lector, el papel tiene poder; un poder irrefutable, imparcial, explicare la razón; el lienzo donde se impregna la escritura puede contener las mas altas ordenes u proyectos, le cuestan o crean vidas a terceros, es decir creo o destruye, según se utilice. Como mencione tiene un poder tan refinado, dulce discordia. Por lo previo
no se debe tomar a la ligera un libro o asociar por igual a uno próximo, sería comparar la hermosura del mar con la del cielo, imposible.
Aun permaneciendo estático puede ser tan nuevo como recién entintado, esos escritos ¡Oh maravillosas letras agrupadas!
Hacen viajar, sentir, vivir, un exclusivo medio de transporte (lo nombro exclusivo por ser solo UNO el usuario), con relación a esto el libro crea. Tan fresco leído hoy como ayer, una pequeña parte en nosotros la cual reposará por siempre, independientemente de la existencia del escrito, nos dará juicio & visión, apetitosas para el buscador de la verdad, su verdad.
Me lamento por una serie de consecuencias:
-Quien no le interesa no llamemosle hojear sino Ni siquiera abrirlo, al menos.
-Se abandone la idea de concluirlo, una vez iniciado.
-Asienta la persona que fue un mal libro o perdida de tiempo cuando aunque sea algo, una cosa, aprendió.
-Se niegue a difundir, prestar, recomendar o regalar, sería un crimen de lector y de los graves.
Y por ultimo, la circunstancia que
me desgarra; aquél libro concluido no se vuelve a utilizar, suspendido hasta el próximo portador, por periodos indefinidos, eso sinceramente me abruma, llena de nostalgia pura, como el libro mismo.