La suerte del escritor dictara su propio epitafio. |
Aquella fuerza imparable
que choca con la masa inamovible
de los sórdidos,
de los solitarios
de los escépticos.
No lo sabes,
jamas puedes saberlo,
si tus palabras hallan refugio ,
solo ocurre,
en constantes
como un amanecer,
como envejecer,
así pues queda bendecirlo.
Solo te vuelves creyente
que harás eco,
que alguien alzara la mano,
hablara de ti con ahincó
o te veras crucificado, en vano
y te tomara por demente.