En el mundo de las letras, hagamos palabras...

En el mundo de las letras, hagamos palabras...
Se agradece a todas esas Musas que ayudaron en su realización.

jueves, 24 de abril de 2014

Sesto elemento.

Era de una naturaleza pura,
tanto, que me atreveré a decir que ella invento
un nuevo elemento.
Ella era una mujer excepcional,
se le notaba al verla andar,
la calidez de sus palabras
y la elocuencia de ellas.

Supe de inmediato que ella
no se anclaba a desdichas,
dudo volver a conocer
tal magnitud de mujer,
una cuyos abrazos reconforten
y lo curen todo, incluso los males
que comprimen el alma
y se alojan entre pensamientos.

Temo por ella;
en este mundo retorcido y extenso,
pero mas allá de temer
me recuerda que aun hay esperanza,
que existe la belleza
y hay privilegio en descubrirla.

Supernova.

No se que le encuentro de atractivo
a aquellas mujeres en plena fase
metamórfica, como una supernova,
en que solo han de estar a punto de bullir
hasta fragmentarse, y solo así me gustan,
para juntar los pedazos con la ilusa
creencia de que les hago un favor
o pudiera moldearlas como desearía que fueran.

Caos, solo así me saben la mujeres,  cuando son discordia misma.

Mademoiselle, excuse moi.

Me avergüenzo de mi actitud aprovechada
y mis acciones lastimeras,
mi intención en un principio desinteresada
y generosa se disperso frente al paisaje
de un perfume suave y piel claro de luna.

Lamento tanto no ser quien ves a través de tus ojos,
lamentando aun mas a mi persona, 
que pareciera  a la deriva de un cuerpo 
fantasmagórico y sueños encallados.
Pido y otorgo perdón.

He escogido muchas opciones mundanas,
la codicia de la nada en realidad.

Por ello me excuso en todos
los sentidos,
de mi empobrecida moral.


Abdica.

No puedes ver las estrellas
en un cielo nebuloso, querida.
La luna nunca ha abogado 
por asuntos mortales.
Así que te sugiero abandones
toda razón de rendirle culto a ella,
entre otras cosas

lunes, 21 de abril de 2014

La femme.

Escribir poesía no me hace absolutamente ningún bien,
todo lo contrario, me consume
buscándole sentido
a lo que no tiene.
Al menos cuando es buena poesía,
por todo lo que ello implica,
Pero curiosamente tengo la sensación de que me hace mejor persona.

miércoles, 9 de abril de 2014

El mundo desquicia.

No requería un trabajo para sobrevivir,
ni títulos o fortuna.
No deseaba estar o hacer
lo que no le correspondía
y se le había marcado por gente ajena.

Aun resplandecía
juventud en sus mejillas 
y optimismo en su cabeza.
Se perdono el jubilo de libertad
sumamente atizado
en el porvenir diario.

Se sabía;
fuera de necesidades ficticias,
mantenía la pureza de la ingenuidad,
se sabia, pero no ignoraba.

Conocía;
en certeza, que le apasionaba,
no buscaba nada mayor a sabiduría
equivoquista, fractálica, imperecedera.

No vacilaría, en su futuro
aunque lo desconociera.

Ordeno sus ideas arraigando
en la cúspide su impera
necedad a correr, a viajar y así mismo,
desprenderse de todo aquello que lo anclaba a su miseria,
dejaría ir y habitarse por vacíos liberadores
de la plenitud original.

Ayuno.

La justicia es solo la limitación de los apetitos en pugna.
Hambre, he tenido hambre,
lo que el apetito no surte o suprime,
no voy a gastarme en paradojas
tampoco pesadas analogías,
solo diré que me desquicia un hambre
con todos sus síntomas,
es una angustia que no cesa
y mi nutrición lo reitera;
tengo hambre
y temo por las acciones
a las cuales me orille
para saciarla.