en que mi vida amorosa era un desastre,
pero vaya que mis escritos,
rebosaban desbordantes
en el escrito u la mente.
Te diré...
Se odia el balance,
y se ama el caos.
Quizás, no muy pronto,
he de retomar las andadas.
Ella era Poesía, ese curioso objeto marcado con iniciales ajenas... Y solo las Musas pueden consolarnos de la perdida de todas aquellas cosas a las que asignamos algún valor.