Cuando las estrellas se apagan
y ni las velas se encienden,
ahí he de perderte musa,
cuando no inspiras mas
al escribirte versos
que ni del desamor
párrafos alimenten.
Habrá un minuto,
un silencio mortuorio
de una historia en luto,
dos personas en deterioro.
Ahora puedo concluir, bella dama,
que ser escritor es malo para la salud
y excelente medicina para el alma.
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