-Quiero un amante -dijo ella -uno que no se marche.
-¿Solo eso? -replique asombrado.
-Uno con gran porte y que sea un caballero.
-¿Solo eso? -repetí a sabio modo.
-Si te contará... -termino a manera de ironía.
-Sí, me lo contarás, con palabras o no, pero lo harás... -bese su cálida mejilla mientras reía.
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