sin reconocerles,
sin embargo, probé en ellos
un tibio dulzor;
como un vino añejo
reposado en el licor
de los míos.
He subestimado
el poder de la sorpresa,
he tenido una catarsis,
como una centella
resuelta a propagarse.
Serás musa de por vida,
en mi vida,
hasta que mueras
o hasta que muera en mi.
Si ha de pasar otro año
por un contado instante
en que nuestros
astros colisionen,
sea bienvenido uno
o mil eónes.
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